Comienzo escribiendo caminó del primer partido Euroliga que disputamos en casa contra el Bourges francés. Como sabéis este año estoy jugando en Tarsus, en Turquía, lo que supone un cambio muy grande tanto a nivel personal como cultural pero, después de romperme las dos muñecas y de mis continuas complicaciones musculares, la verdad que llegué a pensar que el básquet se acababa. No muchos clubes confiaban en mi recuperación o quizás es que no querían fichar a una jugadora con riesgo de lesión. Por suerte sí que aparecieron algunos que apostaron y pude elegir mi destino y tener de esta manera la oportunidad de demostrar que todavía quedan balas por disparar.

Cada jornada es un reto y un peldaño por superar para estos viejos huesos y músculos. Me duelen y hay que cuidarse al máximo así que el día a día se basa en entrenar, jugar y tratamientos de fisioterapia. Claro, y ¡alguna que otra pastilla para el dolor!

En la vida de todo se aprende, de lo bueno y de lo malo. Cuando todo se ve negro se llama a casa y encuentras ánimo y cuando hay luz se disfruta, así que desde aquí doy las gracias a los continuos apoyos recibidos, que han sido muchos. A familia y amigos: Gracias por no dejarme tirar la toalla y gracias por estar ahí día tras día.

Desde aquí también aprovecho para mandar un súper beso a mi compi de selección Cindy Lima. Se le echa mucho de menos por estas tierras turcas, sobre todo «at the pink house» (casa rosa). No es lo mismo sin ti, recuerda que tenemos una cita en verano.

Aprovecho para decir que volvimos a perder… Todavía no hemos estrenado casillero en Euroliga, aunque también es cierto que los árbitros no nos ‘ayudaron’ nada y se notó que somos los novatos en esta competición y que no tenemos nada de peso. Es el precio a pagar por ser novatos.

También hay un apartado de incidencias: Me multó Fiba… 1000 euros para ser exactos y explico lo que sucedió. Como todos sabéis, juego con dos gemeleras de neopreno azules que es el único color en que se fabrican. El comisario durante el calentamiento me paró y me dijo que no podía jugar con las gemeleras azules si la equipación era blanca y le informé que no las hacen de otro color, que me encantaría jugar sin ningún tipo de gemelera y estar sana pero que si quería me ponía tape blanco encima. Me dijo que por hoy (día del partido) no sucedería nada, pero lo cierto es que cuando no habían pasado ni 24 horas llega un fax al club comunicando que estaba sancionada con 1000 euros… No sé qué pasará ahora, aunque claro espero que todo quede en un malentendido y haya marcha atrás.

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Seguiré escribiendo y contado peripecias. ¡Ah! y, por supuesto, se admiten sugerencias, preguntas…

Me despediré en cada entrada con alguna recomendación… música, cine, lectura y empiezo por el último libro que me ha acompañado en esta aventura turca y que me ha hecho pasar grandes ratos de diversión: ‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’ de Jonas Jonnason. Una comedia al estilo inglés, con multitud de gags, y que se devora desde la primera hasta la última página

¡Espero que os guste!

Besos y hasta la próxima